Una de las dudas más habituales entre profesionales y pequeños empresarios es saber en qué momento resulta más ventajoso fiscalmente dejar de tributar como persona física y constituir una sociedad (normalmente una S.L.).
En términos simples, la clave está en qué parte de los beneficios de tu actividad necesitas para tu consumo personal y qué parte puedes dejar “dentro” del negocio para reinvertir o reservar.
1. La ventaja principal de la sociedad
En el IRPF, todo lo que ganas tributa según tramos progresivos, que pueden superar el 45 % en Aragón. En cambio, en una sociedad, los beneficios no repartidos tributan, con carácter general, al 25 % (o incluso menos en casos concretos).
Esto significa que puedes retirarte un salario ajustado al valor de tu trabajo y dejar el resto de beneficios en la empresa, pagando menos impuestos por esa parte que no necesitas consumir de inmediato.
2. Ejemplo básico
Imagina que tu actividad genera 60.000 € de beneficio:
- Si eres autónomo, todo pasa por el IRPF.
- Si tienes una sociedad y te asignas esos 60.000 € como salario, el resultado fiscal final será similar al del autónomo.
Por tanto, con beneficios moderados, el ahorro no es significativo.
3. Cuando empieza a compensar
Si tus beneficios crecen, la diferencia se nota. Por ejemplo:
- Beneficio anual: 100.000 €
- Te asignas un salario: 60.000 €
- En sociedad, el resto (40.000 €) tributa al 25 % en el Impuesto sobre Sociedades, y no al tipo alto del IRPF.
- El ahorro fiscal en este ejemplo: ≈ 7.840 € anuales.
4. Precisión importante
El salario debe ser “de mercado”, acorde a tus funciones. Ni demasiado bajo (para ahorrar artificialmente IRPF), ni desproporcionado (para reducir Sociedades), porque Hacienda puede ajustar y reclamar diferencias.
5. Nuestra recomendación
Generalmente, el punto de inflexión suele llegar cuando tus beneficios anuales superan los 70.000–80.000 € y no necesitas consumir todo. Si tu caso se aproxima a estas cifras, es momento de valorar la constitución de una sociedad.
En resumen:
- Si consumes todo lo que ganas, la sociedad apenas aporta ahorro fiscal.
- Si puedes dejar beneficios dentro del negocio, la sociedad permite diferir y reducir impuestos.
- Analizar tu caso concreto es esencial, porque influyen tu situación familiar, tipo de actividad, reinversión prevista y otros factores.
Para estudiar si es el momento adecuado para ti, puedes concertar cita con nuestro despacho y revisaremos juntos tus números, tus planes y la estrategia fiscal más conveniente.